Una foto de Leo Messi celebrando uno de sus goles ante el RCD Espanyol / FCB

Una foto de Leo Messi celebrando uno de sus goles ante el RCD Espanyol / FCB

Primer equipo

Messi decide un derbi para la historia

Dos tantos del argentino dejan los tres puntos en feudo azulgrana en el derbi más seguido de la historia

30 marzo, 2019 18:14

El Espanyol le temía y con razón. Leo Messi volvió a decantar la balanza para dejar los tres puntos en el Camp Nou en el regreso de la liga tras el parón de selecciones. Un partido con muchos alicientes, dada la rivalidad histórica entre ambos equipos, pero que se tornó en un encuentro insípido y falto de ritmo. 

Con un Barça abocado en ataque y asegurando la posesión constante del esférico con Arthur, Rakitic y Busquets en la medular, el control total del partido condenó a Borja Iglesias a la soledad más extrema, pero la falta de ritmo también castigó al conjunto de Ernesto Valverde. Hasta que Messi afinó la puntería a balón parado. Su especialidad --marcó su falta número 34 de su carrera-- ante los blanquiazules. 

No hubieron ocasiones claras y solo los cambios de ritmo de Messi pusieron en peligro la meta defendida por Diego López. 

Adormecidos

Valverde no se guardó nada en el banquillo y el exceso de minutos de los internacionales pasó factura a los jugadores del Barça que, pese a dominar el encuentro en su totalidad, no transformaron las ocasiones. Tampoco hubo balones claros en una primera parte de tanteo, pero ni Rakitic, ni Suárez, ni Messi, ni incluso Víctor Sánchez en un despeje, pudieron batir a Diego López. 

Una foto de Philippe Coutinho durante el derbi ante el Espanyol / EFE

Una foto de Philippe Coutinho durante el derbi ante el Espanyol / EFE

Una foto de Philippe Coutinho durante el derbi ante el Espanyol / EFE

Mientras Ter Stegen observaba el partido como un espectador más, el Espanyol se plantó en feudo azulgrana con una línea defensiva de cinco y una solidaridad total entre compañeros que permitió a los hombres de Rubi llegar al descanso con el 0-0 en el luminoso. El Barça durmió el balón en la medular y Messi puso la velocidad en la zona de tres cuartos, pero la falta de afinidad total dio alas a un Espanyol entregado que no acusó en exceso ese mismo esfuerzo físico en el segundo tiempo.

Y no fue por mérito visitante, si no por una dejadez azulgrana impropia del líder. Sin espacios entre líneas, con un Espanyol encerrado en campo propio y un Barça muy estéril, tampoco animaron la tarde los más de 92.000 espectadores que acudieron al estadio en la segunda mejor entrada de la temporada. Un derbi que, además, batió récords en China. 

Una vez más, Messi

No cambió el guión en el segundo tiempo y pese a la tozudez del Barça por abrir el marcador, el empate a cero se tornó en un resultado positivo para los blanquiazules. Hasta que Messi quiso. El rosarino, que intervino poco en jugadas claras, arrancó la moto para entrar en el área y Víctor Sánchez solo pudo barrerle. Una falta peligrosísima que convirtió en gol con la magia, el estilo y la clase que solo están al alcance de una zurda como la suya. 

Con el 1-0 en el marcador y la tranquilidad que daba el marcador, Rubi quiso tirar de épica. Dejó a un lado los medios de salir goleado del Camp Nou a falta de 15 minutos para el pitido final y sacó toda la artillería ofensiva al verde. Se puso en jaque la portería de Ter Stegen, pero sin fortuna. 

Una foto de Ivan Rakitic en un duelo con Víctor Sánchez durante el derbi / EFE

Una foto de Ivan Rakitic en un duelo con Víctor Sánchez durante el derbi / EFE

 Una foto de Ivan Rakitic en un duelo con Víctor Sánchez durante el derbi / EFE

Y al contragolpe, con un Espanyol volcado en ataque para empatar el encuentro, Messi encontró a un nuevo socio en la banda izquierda. Malcom, que volvió a jugar tras semanas de ausencia, asistió al argentino para cerrar el marcador en una jugada marca de la casa. Un nuevo doblete ante el rival de la capital catalana que deja los tres puntos en casa y cede toda la presión a Atlético de Madrid y Real Madrid en lo que queda de jornada. 

Valverde no rotó y se notó en el cansancio genérico de sus futbolistas. El calendario aprieta y pese a que Messi salvó los muebles de un partido aburrido, el Villarreal será otra historia.