Una foto de Gerard Piqué despejando un balón con la cabeza / TWITTER

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Primer equipo

Piqué imparte un 'masterclass' de carácter

El central catalán respondió en el terreno de juego a aquellos que le acusaron de menospreciar la Copa

31 enero, 2019 13:29

Habló y después de mucho tiempo por fin lo hizo en el terreno de juego a su mejor nivel. Gerard Piqué recuperó su gen más competitivo y dio una masterclass de cómo ser uno de los mejores centrales del panorama actual. 

En el Camp Nou no llevó el brazalete de capitán, pero fue líder indiscutible de una línea defensiva a la que eclipsó. Sus compañeros estuvieron a la altura, pero Piqué sobresalió por encima de todos. Por altura y por carácter. 

Bajo el foco

El catalán es un jugador provocativo y directo. Una personalidad que le ha traído infinidad de detractores que esperan su oportunidad para atacar al defensa. Tras perder en la ida en el Sánchez Pizjuán (2-0) sus declaraciones ahondaron en la herida del barcelonismo: "Si remontamos bien y si no otro año será" espetó. Pues bien, parece ser que o cambió de opinión o muchos malinterpretaron sus intenciones. 

La conjura del vestuario empezó por Messi, Valverde le dio continuidad y Piqué ejecutó. Consciente de lo que suponía, deportiva y mediáticamente caer en la Copa, el central quiso ser de nuevo protagonista, pero esta vez jugando. 

Piqué y Sergi Roberto sufren en defensa contra el Sevilla / EFE

Piqué y Sergi Roberto sufren en defensa contra el Sevilla / EFE

Piqué y Sergi Roberto sufren en defensa contra el Sevilla / EFE

Se apreció desde el pitido inicial, así como en el resto de sus compañeros, una concentración absoluta. Lideró la línea defensiva en todas las facetas. El juego aéreo volvió a tener su nombre y apellidos. A excepción de Vidal que despejó un balón al final del encuentro y dos córneres de Lenglet, todos los duelos pasados tres cuartos de campo acabaron en su cabeza. 

Intratable Piqué

Sin ser un jugador especialmente veloz, llegó a tres cortes providenciales con el marcador todavía abierto y en el marcaje individual, ni Promes, ni Sarabia, ni Banega supieron superarle. Su único 'error' fue el penalti a Roque Mesa, que no como el de Messi no debió pitarse. Lo enmendó Cillessen, aunque se debió señalar fuera de juego previo.

Las sensaciones de superioridad que ofreció el Kaiser de la defensa blaugrana fueron evidentes y las estadísticas tampoco engañan: recuperó 12 balones y participó en el sexto gol cuando se decidió, como ya es habitual, a buscar su tanto.