Piqué se duele de una entrada / EFE

Piqué se duele de una entrada / EFE

Primer equipo

Piqué recupera consistencia contra el Tottenham (pero volvió a 'cantar')

El central se acercó a su mejor versión tras una semana para olvidar, pero sufrió la velocidad de Kane y Lucas Moura que casi empata tras un error del catalán

4 octubre, 2018 12:24

Gerard Piqué afrontaba una prueba de fuego frente al Tottenham en un momento difícil de la temporada. El equipo no pasaba por un buen momento y el central era el foco principal de unas críticas que se cernían en el bajo rendimiento de la defensa. Una defensa de la que el '3' azulgrana debe ser el líder, pero que el mal juego colectivo y varias cantadas con su nombre y apellidos habían condenado al equipo. Ernesto Valverde hizo retoques en el once titular, dando entrada a Arthur en la medular, y el dominio fue apabullante. 

El Barça dominó el encuentro e impuso su ritmo y tempo, pero los spurs también quisieron aprovechar sus ocasiones. Piqué renació de sus cenizas y equiparó su nivel de juego al que estaba ofreciendo al equipo. Estuvo más firme y autoritario, pero no al 100 %. El central sufrió ante las embestidas de Harry Kane y cedió la marca del capitán inglés a Lenglet en las acciones a balón parado. 

Estuvo atento al corte e impuso su físico en los balones áreos, pero volvió a suspender en una asignatura que todavía tiene pendiente esta temporada: la velocidad y el posicionamiento. El catalán nunca ha destacado por ser un central excesivamente rápido, pero siempre palió sus carencias con un buen posicionamiento en el verde. Estuvo acertado en la mayoría de acciones y permutó bien la cobertura a Semedo, pero puede dar más. 

¿Falta de ritmo o la edad?

Esta temporada, Piqué está acusando en exceso esa falta de velocidad. La concentración mengua por instantes y los rivales aprovechan sus despistes para ganarle la espalda. Lucas Moura le hizo un traje en el minuto 30 que evitó Ter Stegen y en la segunda parte el brasileño volvió a sacar provecho de su rapidez en una jugada que, de tener más fortuna, hubiera significado el empate. 

Fue el partido número 300 del club en Europa y el número 100 en su cuenta particular --cuatro con el Manchester United y 96 con el Barça-- y el central estuvo a la altura. Fue indispensable en defensa, pero su rendimiento durante 90 minutos no borra sus malas actuaciones anteriores. Una de las claves por las que el central estuvo menos expuesto se debe al centro del campo. La solidez de la medular fue determinante para proteger a una defensa que viajó a Londres con muchas dudas. 

Hasta que Piqué recupere su mejor versión, Valverde debe tener en cuenta ese factor. La posesión, con sentido, debe ser crucial para proteger la portería. Defender con balón. Este domingo tiene una nueva prueba de fuego en la competición doméstica frente al Valencia y el catalán debe responder. Se lo pide el equipo y la afición.