El Miniestadi reducido a escombros. Las fotografías que podemos ver estos días son realmente emotivas. Solo queda el esqueleto de la tribuna de este campo que proyectó el expresidente José Luis Núñez y que levantaron el arquitecto Josep Casals y el aparejador Ramon Domènech en 1982 para el filial azulgrana, el femenino y algunos partidos del fútbol base. Un estadio que se une a otros ya desaparecidos que un día utilizó la mayor entidad deportiva de Cataluña.

El Espai Barça conlleva el derribo del Mini, unas instalaciones por las que han pasado, entre otros, Leo MessiVíctor Valdés, Xavi, Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Pedro y Carles Puyol –los jugadores del mejor equipo de la historia blaugrana y de la selección española–, y en cuyos banquillos se han sentado Pep Guardiola y Luis Enrique. Pero hay vida más allá: la nueva casa de los jóvenes es el Estadi Johan Cruyff, en Sant Joan Despí.

El Mini tenía una capacidad para 15.276 espectadores que llenaron las gradas en algunos partidos históricos. Por ejemplo, el encuentro de Copa del Rey entre el Barça Atlètic y el Real Madrid (0-0) en los octavos de final de la competición en la temporada 1983-84. Sus asientos estaban ocupados también con motivo de algunos duelos de la selección de Andorra.

Durante muchas temporadas, todos los equipos del Barça compartieron terreno. Incluso cuando la entidad cambiaba de campo para seguir creciendo, los futbolistas de los niveles inferiores permanecían unos meses jugando en las antiguas instalaciones, hasta que estas tenían nuevo uso. Ocurrió ello, por ejemplo, en el campo del Hotel Casanovas y también en el de la calle Indústria, según consta en las informaciones periodísticas de la época.

Porque la historia del filial azulgrana se remonta casi al momento de la inauguración del club en el Gimnasio Solé, ubicado en la calle Montjuïc del Carme. La rápida aceptación que tuvo este nuevo deporte llamó la atención de muchos ciudadanos que, ante la imposibilidad de jugar en el primer equipo por exceso de personal, lo hicieron en otros de menor categoría. En aquellos años, un único campo servía para todos.

En 1945, el Barcelona firmó un convenio de colaboración con la empresa textil España Industrial –después bautizado como CD Condal–, que tenía un equipo con el mismo nombre que se convirtió en el filial azulgrana. Hasta que, en 1970, se fusionó con el Atlètic Catalunya –antes llamado CD Fabra i Coats, que jugaba en su propio campo– y surgió el Barça Atlètic. Desde 1982, con la construcción del Mini, los conjuntos A y B juegan en recintos separados.

Es una pena que un lugar tan emblemático desaparezca para siempre. Pero solo de los mapas. A pesar de todo, y al margen de recuerdos y fotografías, el Mini seguirá muy presente dado que tiene un hermano gemelo y otro casi idéntico. Se trata del Estadio Municipal Cartagonova, sede del Cartagena, un calco del otrora estadio del filial azulgrana, y del Nuevo Castalia, donde juega el CD Castellón, muy inspirado en el pequeño coliseo barcelonista.