Ya son trece y medio los años transcurridos desde que el técnico José Mourinho, antaño traductor de Bobby Robson en el Barça, dijera aquello de que en Barcelona “hay teatro y del bueno”, en referencia a los males de los que se quejaba un joven Leo Messi tras sufrir las duras entradas de Asier del Horno, entonces defensa del Chelsea, el equipo que dirigía el entrenador setubalense en aquella Champions 2005-06 (que ganó el cuadro azulgrana).

No le faltaba razón a Mourinho; del Barça han salido grandes actores, entre ellos algunas de las estrellas más brillantes de la historia blaugrana, casos de Samitier, Kubala e Iniesta. Seguramente el primero fue Juan de Garchitorena, conocido en el mundo de la farándula como Juan Torena. En la parcela deportiva, pasó a la historia por ingresar en las filas barcelonistas con pasaporte falso mediada la década de 1910 –el club dijo que no sabía nada–. Y lo pillaron por una denuncia del Espanyol. Tras colgar las botas, probó suerte en el mundo del cine y se convirtió en un exitoso galán de Hollywood. Intervino en 36 filmes.

Le siguieron en eso de la actuación el portero Ricardo Zamora y José Samitier. El primero dio el salto a la gran pantalla, sin embargo, jugando ya para el Espanyol. Protagonizó Por fin se casa Zamora (1926) y Campeones (1943), ya retirado, con una interpretación muy natural. En cuanto al segundo, hizo breves apariciones cinematográficas en la madurez de su vida, en Los ases buscan la paz (1954), protagonizada por un genial Kubala (es la historia de su vida, vaya, y fue Sami quien lo fichó), y en Once pares de botas (1954), también en el papel de director técnico y con la actuación de un sublime y divertidísimo Antoni Ramallets como galán. En estas obras realizaron cameos César Rodríguez, Andrés Bosch, Joan Segarra, Gustau Biosca y Estanislao Basora.

En los últimos años, y anuncios publicitarios al margen, lo más destacado lo protagonizan Andrés Iniesta y Gerard Piqué. O, mejor dicho, sus voces. Por un día se convirtieron en actores de doblaje con motivo de la película de animación ¡Piratas! (2012), el manchego para la versión en castellano y el barcelonés, para la catalana.

Por cierto, Mourinho interiorizó aquello que le cantó la afición del Barça tras sus polémicas palabras (“Mourinho, vete al teatro”) y terminó años después en el banquillo del Teatro de los Sueños, como se conoce Old Trafford, el estadio del Manchester United. Es el peculiar humor del universo.