Resultan muy extrañas las razones que llevaron a Ronaldinho y a su hermano a intentar penetrar con pasaportes paraguayos falsos en este país, donde según cuentan viajaron para cumplir un compromiso benéfico con la Fundación Fraternidad Angelical. La conciencia me dice que hay que hablar del desgraciado virus de moda, pero este tema, dentro de la preocupación que nos embarga por aislarnos del contagio, me llama mucho la atención.

Parto de la base que en cualquier país del mundo Ronaldinho era más conocido que el maldito Covid-19. Y que solo con esa sonrisa de oreja a oreja que siempre ha cautivado y su saludo surfero abriría las puertas de cualquier aduana fronteriza. Si algo consiguió el futbolista brasileño en el mundo fue enamorar a los aficionados. Por sus regates, por sus filigranas, por sus goles, por sus asistencias, por ser un mago con el balón y porque allá donde iba caía simpático. Nadie como él para levantar públicos. En Brasil aseguran, y en Barcelona nos consta, que Ronnie nunca se ha metido con nadie y, posiblemente, su único error ha sido fiarse toda la vida de su hermano Roberto de Assis, quien ha hecho de consejero y manager. Papel que le pone para firmar, papel firmado por Ronnie.

En el momento de su detención, y posterior encarcelamiento, Ronaldinho llevaba también su pasaporte brasileño y una cédula de Mercosur que también podía haber utilizado para entrar en Paraguay. Pero él y su hermano prefirieron entrar con unas identificaciones paraguayas que les había facilitado un empresario atendiendo las recomendaciones del mismo. Aunque no se debe poner la mano en el fuego por nadie, la intuición y por las tantas veces que conversé con Ronaldinho cuando jugó en el Barça, creo que desconocía que para tener un pasaporte paraguayo hace falta residir en el país tres años y que, además, pierdes la nacionalidad brasileña al no existir convenios de doble nacionalidad. Estoy convencido que Ronnie pensaba que le habían dado pasaporte paraguayo porque él es considerado un ciudadano del mundo. Pero desconocía el tráfico de documentos falsos que actúa en este país. Los pasaportes que mostró en la aduana fueron hechos por policías paraguayos, según se ha descubierto.

Provoca una gran tristeza que un jugador tan querido acabe pasando por una prisión más por tonto que por un delito cometido intencionadamente. Paraguay ha tenido en Ronaldinho un trofeo para mostrar al mundo la cara de gobierno que combate la corrupción. No ha contado Ronnie ni siquiera con el apoyo del mejor futbolista paraguayo José Luis Chilavert, que ha escrito en las redes que “la imagen de Paraguay ante el mundo es lo que importa” y sugirió que Ronaldinho permanezca detenido hasta que aclare su ingreso al país. Esta vez, el mago del balón no ha escapado de un regate imposible.