El pasado es historia. Aunque podamos retraer a Gerard Piqué cómo gestionó su reportaje La decisión de Griezmann, sabiendo que se quedaba un año más en el Atlético; o su reportaje cerrado a través de Kosmos sobre el vestuario con el que se sacó un extra; o las risas que se echó con Neymar y su famoso "se queda"... Es obvio que todo aquello, más algunas otras, ha quedado en la historia de una junta anterior que le consintió y le reía todas sus bromas… Aunque fueran pesadas. También nos debemos acordar de cuando, gracias a sus contactos pero especialmente los de Shakira, trajo a Rakuten para salvar in extremis la esponsorización de una camiseta huérfana de aquel famoso logo: Qatar Foundation.

Pero el pasado siempre vuelve. Y es en esta época, donde Piqué se pensaba que era inmortal, que se cerró un contrato por el cual, a día de hoy, el club le debe cerca de 80 millones brutos. Sí, las cantidades son todavía más grandes de lo que se han dicho. Y ahora llega el momento de la verdad: en el que el club, con la directiva de Joan Laporta al frente, ya ha demostrado que no se casa con nadie.

Ni con Leo Messi, aunque este lo votara en las elecciones ciegamente. Ni ahora con un Gerard Piqué que necesita, como agua de mayo, este dinero después de un divorcio con una estrella de la música que le traía poder y contactos. Y también después de unos negocios en paralelo que nuevamente pinchan, si se mira lo que esperaba sacar de ellos.

Y la pregunta es fácil: ¿por qué Gerard Piqué debe perdonar el dinero que se cerró en un contrato totalmente lícito? Sinceramente, cuando toca ser crítica con él, lo soy. Pero es que en este caso es totalmente entendible que Piqué haga lo que más le convenga. Y así lo hará.

¿Cuál es el problema de todo ello? Que muchos le pueden retraer que, si siempre ha fardado de su barcelonismo, incluso publicando pantallazos de su cuenta corriente para publicitar sus gestos, ahora no debe ser menos. Las formas son importantes. Y lo que es 100% constatable es que la maquinaria del club ha abierto una campaña mediática para cargárselo: desde aprovechar su divorcio para lanzar la idea de que se irá a los Estados Unidos para estar cerca de sus hijos, a marginarlo en todos los detalles de equipo que vengan a partir de ahora. Y no es justo. Pero, incluso las grandes estrellas, deben saber que todo lo que sube baja. Y, ahora mismo, Piqué está en caída libre.