Mucho hemos hablado del enchufismo de Ferran Torres en la selección española por el mero hecho de ser el yerno de Luis Enrique. Cuando algunos no se atrevían a decir las cosas por su nombre porque tildaban a los que sí lo decíamos de populistas, hacer prensa rosa y demás chorradas, ya subrayé la falta de profesionalidad que tenía convocar de forma indiscutible a Ferran teniendo en cuenta que es la pareja de la hija de Lucho, Sira.

De hecho, también los motivos personales fueron los que favorecieron que el mismo FC Barcelona lo trajera desde Manchester. Sinceramente, sigo atónita ante la falta de profesionalidad y enchufismo del cual se beneficia este jugador.

Pero, más allá de ello, todo se confirma sin tapujos en el momento en que Luis Enrique, en su faceta de streamer, incluso hace bromas del tema y acepta que si no cuenta con él en la Roja, puede tener problemas en casa. Estamos de acuerdo en que el asturiano está de vuelta en esta vida y que, odia tanto a la prensa, que prefiere hacer el ridículo en un formato que no le favorece a dar una respuesta en un medio de comunicación.

Desconozco el contrato que tiene con la Real Federación Española de Fútbol y la imagen que da a los jugadores por lo que respecta al grado de concentración en este Mundial de Qatar. Pero me sorprende, todavía más, que sus contenidos deriven en una de las temáticas principales de la última rueda de prensa que Ferran Torres dio en Doha este pasado fin de semana.

De entrada, Ferran es más tímido que su suegro y decidió echar pelotas fuera al ser preguntado sobre su idílico amor con Sira Martínez. Lo que no me cabe en la cabeza es cómo puede decir que las aspiraciones de España no pasan por ganar el Mundial y que, marchen como se marchen, se irán con la cabeza muy alta. Una declaración de principios que no anima a ningún seguidor de la Roja. Pero lo de Ferran Torres, como digo en el titular, no se entiende. Se mire por dónde se mire, no se coge por ningún lado. 

Juega sin justificar su fichaje millonario por el Barcelona (55+10 millones de euros). Fue convocado con España sin justificar sus méritos deportivos. Y sale antes de empezar el Mundial, y admite sin tapujos que no aspira a ganar. Sólo un buen enchufe puede tapar tantos despropósitos.