No entraré en el debate de la nueva era de la comunicación, el papel del periodismo y el poder de las redes sociales y los influencers. Merece un artículo aparte y, para resumir, suscribo totalmente lo que dijo Gerard Piqué en su último twitch con Ibai Llanos: todo puede convivir al mismo tiempo. Añadiré un breve comentario: el periodismo (deportivo) vive un estado paupérrimo donde los que trabajamos en este oficio habríamos de entonar el mea culpa. Así que, por mi parte, encontraréis autocrítica y ánimo constructivo.

Por eso mismo, porque una servidora no es Ibai Llanos, añadiré algunos aspectos que Gerard Piqué no contó en Twitch. Más allá de por qué se hace selfies en Instagram, hay otros aspectos más interesantes.

Piqué, dijo en broma, que cobra “cuatro duros” para referirse a su rebaja salarial. De este acto que se ha hecho público, quiero matizar dos cosas: acepta y oficializa una rebaja después de que se marche Messi, ¿por qué no antes? Y, una vez más, Piqué pone su continuidad a disposición del club, igual que cuando puso su puesto encima de la mesa del presidente Bartomeu, hace un año tras el 2-8, en la derrota lamentable de Champions contra el Bayern. ¿Por qué siempre demuestra ser el más listo de la clase? Públicamente gana carisma.

Y dicho esto, insisto en el mantra que siempre acompaña mis reflexiones cuando hablo de Gerard Piqué: nada de lo que él hace es porque sí. Actúa, de momento, como jugador. Pero su sueño, a medio plazo, es el de ser presidente del club. Y en estas anda cuando acepta una rebaja salarial que, obviamente, no concreta las cifras finales.

Pero más allá del futuro inmediato, Piqué ya está tratando con uno de los posibles candidatos a salvar el club: los Emiratos Árabes Unidos. Aunque el capital puede venir de otro sitio, este país está muy interesado. Tras la marcha de Messi a Qatar, los Emiratos necesitan marcar perfil en el fútbol europeo, la gran pasión de los magnates árabes. Y puede ser en Barcelona donde encuentren refugio.

Para muestra, un botón. El defensa azulgrana hace tiempo que se codea con las grandes fortunas árabes. La última ha sido enviar a su gente de confianza a un partido improvisado de pádel con algunos de estos perfiles que reúnen tantos dólares en sus cuentas. Por cierto, en el partido Piqué no estuvo de cuerpo presente, pero sí Pjanic o Abidal. Tener a futbolistas con una raqueta, compartir unas risas y pasar una buena mañana siempre es una buena manera de cerrar negocios.