Nicolau Casaus llegó a decir en cierta ocasión que “no hay problema que dos goles no arreglen”. También recuerdo una de Jan Laporta durante un Congreso de Peñas: “¡Al loro, que no estamos tan mal, porque hay muchas críticas que vienen de hipócritas que dicen que son del Barça, y no lo son!”. No era una referencia a tuiteros, que no existían. Hablaba de periodistas. Las dos reflexiones son válidas para definir los estados de ánimo por los que pase el club actualmente. Aquí parece que los títulos solo tienen validez cuando se pierden. En junio del 2019 algunos restaron importancia al octavo título en once temporadas alegando que se había logrado ante el peor Madrid de la historia. Esta temporada el equipo ha estado compitiendo hasta la penúltima jornada por sumar su noveno campeonato en doce años, justo con una plantilla que ha contado con lesionados importantes, con un cambio de entrenador exigido por muchos críticos y que se ha demostrado que esa no era la solución. Siempre he pensado que los partidos los ganan y los pierden los jugadores; el técnico ayuda pero no es decisivo en el campo. Ahí dentro del terreno de juego él técnico ni mete ni para goles.

La autocrítica lanzada por Leo Messi después de perder con Osasuna en el Camp Nou fue entendida como un ataque directo a Quique Setién, pero en realidad iba también para sus propios compañeros, irregulares durante toda la temporada, con una defensa frágil, con un mediocampo que apenas comete una falta cuando pierde el balón, y por buscar el gol solo a través de su capitán. Ante el Alavés, con la única presión de acabar la Liga con dignidad y después de las reflexiones internas del vestuario, durante los doce primeros minutos se contabilizaron cuatro ocasiones de gol, con disparos a los postes de Riqui Puig, otro de Vidal y un tercero de Messi.

Aunque la victoria por 0-5 resulta intrascendente, lo importante es que hay que abandonar la idea de la hecatombe. Araujo, Riqui Puig, Ansu Fati, De Jong son cuatro jugadores de la cantera que han llegado para quedarse en el primer equipo, y que contaran además con la ayuda de Trincao, Pedri, Pjanic, y de los veteranos que se queden.

Queda la Champions, son cuatro partidos y ahí este Barca tiene que exhibir su mejor versión. Está obligado a quedar eliminado con otra cara que la mostrada en Anfield o contra Osasuna.