Antes que nada, mucho ánimo. Especialmente a todos los que están sufriendo las consecuencias del coronavirus en primera persona. A los enfermos, familiares, sanitarios, personal de limpieza, transportistas, etc. ¡Fuerza!

Dicho esto, el miércoles Luís Rubiales hacía una rueda de prensa repitiendo su ideal utópico de que el fútbol debe caminar de la mano con la situación que está viviendo nuestro país. Un mensaje mil veces repetido y que ya nos sabemos de memoria sin encontrar todavía una solución compatible con el calendario. 

"El fútbol volverá cuando vuelva la normalidad, cuando no haya muertos, cuando lo permita el Gobierno, cuando lo permita Sanidad", declaraba Rubiales. ¿Y para entonces qué? Pregunto yo... En su mensaje también quedó claro que la competición finalizará pero no veo muy lógica su propuesta de que la Liga se pueda disputar durante los meses de julio y agosto, parar en setiembre y empezar el nuevo curso 2020/21 en octubre. Los que viven del fútbol semiprofesional y amateur no lo aceptarán.

Tampoco es tan sencillo para los profesionales, los contratos, la suspensión de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos tampoco permitirán alargar demasiado el próximo curso. Pan para hoy, hambre para mañana.

Bajo mi punto de vista la propuesta de la 'Liga exprés' de Tebas, con sólamente una o dos jornadas en un margen de 48 horas, es más sensata pero nuevamente el ego de Rubiales no lo quiere aceptar. 

No sé cual acabará siendo la solución pero cómo dijo el otro dia Panucci en Radio Marca... "que el fútbol se vaya a tomar por saco". En estos momentos, y por mucho dinero que haya en juego, las prioridades son otras. ¿A nadie se le ha ocurrido organizar una pseudocompetición benéfica para ayudar a la lucha contra el COVID-19 que se pueda televisar y sirva como alternativa?

Salud, normalidad y solidaridad, ahora solo queremos esto.