Jordan celebra su primer título de NBA / Netflix

Jordan celebra su primer título de NBA / Netflix

Culemaníacos

Odio y desprecio: la intrahistoria tras la guerra de Jordan con los Pistons

Chicago Bull y Detroit Pistons mantuvieron una gran rivalidad para ser los reyes del Este

30 abril, 2020 13:00

Michael Jordan no tuvo un inicio fácil en la NBA. A pesar de acumular seis anillos al final de su carrera, el primero de ellos llegó siete años después de su debut en la mejor liga del mundo. Uno de sus mayores rivales fueron los Detroit Pistons que entre el 1988 y el 1990 fueron los campeones de la Conferencia Este ante un Jordan que ya era el mejor jugador de la liga. Los nuevos capítulos, el tercero y el cuarto, de The Last Dance relatan esta rivalidad.

De este modo, Pistos y Bulls se encontraron en cuatro finales de conferencia seguidas de las cuales las tres primeras las ganaron los Pistons, lo que alimentó una gran rivalidad. Además, los Pistons eran un equipo muy físico que jugaba con mucha dureza. Incluso llegaron a implementar las ‘Jordan rules’ que consistían en frenarlo de cualquier manera y no dejarlo que llegara a la línea de fondo.

Esta contundencia hizo que los Pistons fueran conocidos como los ‘Bad Boys’. Sin embargo, hay que recalcar que, además de su contundencia en defensa, también eran jugadores muy talentosos. El enfrentamiento entre ambos equipos cogió una nueva dimensión en 1991. Los Bulls se habían preparado para derrotar a aquellos Pistons y se los volvieron a encontrar en la final de conferencia.

Jordan en el suelo tras una falta de los Pistons / Netflix

Jordan en el suelo tras una falta de los Pistons / Netflix

Con la lección aprendida y un juego más colectivo, los Bulls pasaron por encima y superaron la eliminatoria por cuatro victorias a cero. Esto condujo a que los Pistons, en el último partido, se fueran sin saludar al rival. De este modo, Jordan aún tiene rencor hacia los Pistons e Isiah Thomas. “No cambiará mi opinión sobre que es un imbécil”, manifiesta Jordan en el documental. Por su lado, Isiah manifiesta que en aquella época era más habitual que los perdedores se fueran sin saludar.

Lo que no relata el documental, en cambio, es que cuando la eliminatoria ya estaba decantada por tres a cero Jordan declaró que los Pistons eran malos campeones y para el baloncesto. Esto seguramente hizo que los que habían sido campeones dos temporadas seguidas no los quisieran saludar. Recientemente, además, Isiah explicó en ESPN que seguramente este incidente provocó que no fuera con el Dream Team de los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona y que le duele que sea así.

Cambio de entrenador y de mentalidad

En el cuarto episodio también se detalla el cambio de filosofía que se produjo en el equipo tras la destitución de Doug Collins. Con él al mando Michael Jordan era dueño absoluto del balón de los Chicago Bulls. De este modo, prácticamente la idea del equipo era darle el balón a él para que anotara.

Phil Jackson, entrenador de los Chicago Bulls / Netflix

Phil Jackson, entrenador de los Chicago Bulls / Netflix

En 1989 Collins fue despedido y el cargo de entrenador lo cogió Phil Jackson, que ya pertenecía al equipo de ayudantes. Jackson se respaldó en la filosofía de Tex Winter de mover el balón para potenciar las cualidades de los compañeros de Jordan. El propio Jordan confiesa que al inicio le costó este cambio de mentalidad, pero finalmente fue muy efectiva y condujo al equipo al anillo de 1991.

Rodman para lo bueno y para lo malo

Una de las piezas fundamentales de aquel equipo campeón fue Dennis Rodman, que llegó en 1995 providente de aquellos Detroit Pistons. Un reboteador absoluto que lo daba todo sobre la pista. Sin embargo, también tenía bastantes excentricidades y le gustaba ir mucho de fiesta y con chicas. En 1998 Rodman cumplió fielmente mientras Scottie Pippen estuvo lesionado, pero tras su vuelta quiso airearse.

Michael Jordan y Dennis Rodman / EFE

Michael Jordan y Dennis Rodman / EFE

De este modo el documental relata una anécdota desconocida hasta ahora. Rodman pidió dos días de vacaciones a Jackson que, tras un debate con el propio Jordan, lo permitió. Además se explica muy bien como el entrenador entendía que Rodman, por el tipo de persona que era, necesitaba este descanso y pasárselo bien.

El jugador tenía un permiso de 48 horas y se fue directamente a Las Vegas. Rodman no cumplió este plazo y estuvo varios días ausente. Fue Michael Jordan quien él mismo lo fue a buscar a Las Vegas y lo trajo de vuelta. Sin embargo, una vez se volvió a entrenar con el equipo lo dio todo para destacar.