El coronavirus es una amenaza global, que se ceba con la gente mayor, pero no hace distinción de clases. Castiga a ricos y pobres, mientras se suceden las muestras de solidaridad en todo el mundo y las donaciones de algunos deportistas de élite. El Barça, debilitado por una importante pérdida de ingresos, ha apostado por un ERTE tanto a los miembros del área deportiva como al resto del personal no deportivo

En el fútbol, como en todos los ámbitos de la vida, habrá un antes y un después. Las autoridades ya se plantean una reducción de los calendarios, muy saturados por la necesidad de exprimir al máximo el negocio. Con menos ingresos caerán las fichas y no se pagarán cantidades tan elevadas por los traspasos de los futbolistas. Intermediarios y comisionistas varios también deberá adaptarse al nuevo escenario.

Con una masa salarial de casi 400 millones de euros para el primer equipo de fútbol, el Barça tendrá un verano movido. Habrá algún fichaje sonado, ya sea Lautaro, Neymar, Fabián o quien sea, pero otra cosa es que se paguen cantidades superiores a los 100 millones de euros. La opción de un canje podría ser una fórmula válida en algunas operaciones del próximo mercado futbolístico.

El Barça también tiene la necesidad de recolocar a algunos jugadores que ganan mucho y rinden poco. Es el caso, por ejemplo, de Coutinho, un futbolista que no se ha revalorizado en el Bayern. O Dembélé, lastrado por sus continuas lesiones musculares. O Arthur, más promesa que realidad por sus constantes flirteos con la buena vida. O Umtiti, castigado por sus rodillas. O Alba, desaparecido desde que firmó una renovación muy generosa la pasada temporada. También sería recomendable que Luis Suárez tuviera el cartel de transferible, pero el uruguayo es amigo de Messi y eso pesa mucho.

Otros, como Rakitic y Arturo Vidal, deberían tener una salida más fácil del Camp Nou en busca de su último contrato profesional. Y Semedo, un portento físico pero poco exquisito con el balón en los pies y sin una buena lectura de las necesidades del equipo, también podría dejar unos cuantos millones.

El Barça tendrá que reinventarse y, aunque sea por necesidad, tal vez ha llegado la hora de jugársela con algunos jóvenes de la cantera que apuntan alto. No solo está Riqui Puig. También apuntan maneras Araújo, Cuenca, Monchu y Collado, entre otros. ¿Tendría la gente paciencia con una apuesta tan fuerte? En condiciones normales, posiblemente no. Después del coronavirus, tal vez sería una opción interesante y realista.