Una foto de Luka Modric tras fallar una ocasión frente al Rayo Vallecano / EFE

Una foto de Luka Modric tras fallar una ocasión frente al Rayo Vallecano / EFE

Real Madrid

Isco se queda en la cueva y el Real Madrid sigue sin convencer

Los blancos vuelven a ganar por la mínima en el campeonato liguero con mucho dominio, pero sin pegada ofensiva

15 diciembre, 2018 20:19

El Real Madrid cumplió el trámite frente al Rayo Vallecano (1-0). Un solitario gol de Benzema en el minuto 12 tras una jugada brillante del francés que él mismo inició y finalizó tras el pase filtrado de Lucas Vázquez, fue suficiente para el conjunto de Santiago Solari para sumar tres puntos vitales para maquillar la clasificación y poner presión al Barça tras la victoria del Atlético de Madrid. 

Una victoria que da oxígeno a un conjunto que naufragó el miércoles en el mismo escenario y que permite a los blancos viajar al Mundialito de Clubes sin ver en la clasificación una diferencia abismal con los primeros. Con un Benzema que volvió a enchufarse, los blancos tuvieron suficiente en un partido que dominaron, pero que la falta de pegada ofensiva del equipo volvió a ser evidente. 

La primera que tuvo el francés fue dentro, pero ni Asensio --por doble partida en el uno contra uno-- ni Kross --que se topó con el poste-- ni tampoco Ramos --que marcó pero el tanto fue anulado por fuera de juego-- fueron capaces de aumentar distancias en el marcador frente al penúltimo en la clasificación. Una pájara mental que se alarga, pero que esta vez no fue penalizada por el Rayo que tuvo sus ocasiones y pudo cambiar el partido en el añadido. Courtois volvió a realizar una doble parada que hubiera supuesto el empate de los de Míchel.

Gana, pero no convence

El Madrid tenía la obligación de ganar y cumplió, pero también la de convencer. Frente al penúltimo clasificado, que cuenta con solo diez puntos, los de Míchel supieron mantenerse vivos gracias al  resultado. Tan corto que dio vida a un Rayo que no bajó los brazos hasta el pitido final, y que puso, en contadas ocasiones, en jaque al conjunto de Solari. Benzema fue lo mejor del partido junto a Lucas Vázquez que eclipsaron el ofrecimiento de Modric al Bernabéu del Balón de Oro, que tras alzarlo en solitario, posó junto a sus compañeros para inmortalizar el momento entre los aplausos de la afición blanca.

Una foto de Luka Modric ofreciendo el Balón de Oro al Santiago Bernabéu / EFE

Una foto de Luka Modric ofreciendo el Balón de Oro al Santiago Bernabéu / EFE

Una foto de Luka Modric ofreciendo el Balón de Oro al Santiago Bernabéu / EFE

Sin sufrir, pero sin estar plenamente cómodos, el técnico argentino movió ficha. Dio entrada a Ceballos por Asensio, que firmó un partido discreto, y la lesión de Benzema aceleró la entrada de Vinicius. Con dos cambios efectuados, Odriozola y Fede Valverde fueron los elegidos para calentar en una banda que Isco volvió a mirar con recelo. 

La factura de la Champions

El malagueño volvió a ser carne de cañón. Solari no le tuvo en cuenta ni tan solo para calentar. Un nuevo gesto que evidencia las diferencias entre jugador y entrenador pese a que Lucas Vázquez se resintió hasta en dos ocasiones tras dos pugnas por balones divididos. Tampoco se percató de que, quizás, el partido necesitaba calma para contener las acometidas de los visitantes por las bandas y asegurar la posesión. Nada de todo lo que tiene Isco en sus botas fue suficiente para convencer a Solari que prefirió de nuevo la pegada e inspiración de Vinicius que la magia del andaluz, así como también el juego de Ceballos --totalmente desapercibido-- o a Fede Valverde para arañar algunos segundos del añadido. 

Una foto de Isco Alarcón en el banquillo del Santiago Bernabéu / EFE

Una foto de Isco Alarcón en el banquillo del Santiago Bernabéu / EFE

Una foto de Isco Alarcón en el banquillo del Santiago Bernabéu / EFE

Ni en el último partido del año en casa, Solari dio tregua a Isco. Dos titularidades --frente al Melillaa y el CSKA de Moscú-- fueron suficientes para volver a dejar sentado al 22. Una suplencia que aviva la polémica con el jugador, pero también la relación entre la grada y el equipo. El Bernabéu volvió a despedir al Madrid entre pitos y silbidos tras una pobre actuación en la que Isco no tuvo nada que ver. El problema no es el malagueño, es un conjunto que dominó, pero que está sobrepasado por una situación desconocida. Los resultados salvan a Solari y el Madrid dormirá tercero, pero intranquilo. No es para menos.